La cadena montaňosa de Moravskoslezské Beskydy (Beskides moravo-silesios) con la superficie de 1160 km cuadrados es el más grande parque natural en nuestro país. Es una región singular por su belleza y riqueza. El 70 por ciento de la superficie está cubierto por bosques, y aunque son los abetales que prevalecen, siempre los ecosistemas originales de bosques mezclados y de habitat pratense abundan. Los Beskides sirven también como gran depósito de agua potable. Los pueblos pintorescos son característicos por su arquitectura popular que no tiene paralelo.
Los Beskides son paraíso para aficionados a la naturaleza, turísmo y vacaciones activas en general.
El turismo y senderismo empezó a desarrollarse en los Beskides en la segunda mitad del siglo XIX y está unido inseparadamente con el círculo Radhošť, la Sociedad Somontana, que era la primera sociedad turística en el Imperio Austro-Húngaro de entonces. En la misma época fueron contruidos primeros refugios y miradores, que daron a esa región su aspecto típico y peculiar. Mismo en la actualidad los Beskides atraen a los amantes de la naturaleza limpia e intacta. Hay dos senderos educativos más destacados - él de Javorníky y él de Radegast. El sendero de Javorníky está trazado por la sierra de Javorníky en la zona fronteriza moravo-eslovaca, y el sendero Radegast por las crestas occidentales de los Beskides moravo-silesios.
El punto de partida para los Beskides suele considerarse la ciudad de Frýdek-Místek, la población conocida por sus festivales folklóricos internacionales, visitados por grupos folklóricos de toda Europa y de Asia.